El Ikigai: Cómo puedes sostener tu motivación

Usa el Ikigai para encontrar claridad y equilibrio

Tania Pineda Lopetegui

3/25/202512 min read

El Ikigai: Cómo puedes sostener tu motivación | Usa el Ikigai para encontrar claridad y equilibrio

La visión de vida y propósito para sostenernos a lo largo del tiempo independiente de las dificultades u obstáculos.


Cuando no sabemos con claridad qué es realmente lo que deseamos para nosotros, vienen estas confusiones, estas incoherencias que vemos en nuestra realidad externa.


Para mí la primera meta que nos podemos establecer, antes de establecer Metas Puente (esa meta que te va a ayudar a llegar a otra) o Metas Efecto Dominó (esas metas que gracias a que se logren facilitarán el logro de otras metas), es necesario, sí, es una necesidad desde mi punto de vista, porque es esa fuente inagotable de motivación y fuerza, es el tener claridad de tu Ikigai y Visión de Vida.

¿Pero realmente puede ser una fuente inagotable de motivación y fuerza para continuar el Ikigai? Yo tengo claridad de mi visión de vida, y cuando me agoto es porque realmente me he alejado de mi visión de vida. Porque, por ejemplo, mi visión de vida es vivir en un estado de paz, tranquilidad, riqueza, amor incondicional, compasión, diversión, placer, gozo, comodidad, vivir cómoda. Tener todo el tiempo que deseo para leer, estudiar, escribir, viajar, estar con las personas que deseo, cuándo y dónde quiero.

Y cuando por X razón, se activa un tipo de pensamientos, y paso rápidamente a un estado de supervivencia, es cuando salgo de mi centro, mi fisiología cambia, mis ondas cerebrales aumentan, entonces ahí viene ese cansancio. Por lo que realmente si somos capaces de volver a nuestro centro, relajar nuestro sistema nervioso, llevar a nuestro cerebro a ciertas ondas cerebrales para sentirnos relajados, en calma, concentrados, es primordial darnos cuenta, que sin un entrenamiento, todas estas situaciones se vuelven una locura, y literalmente nuestra mente y nuestro cuerpo se enloquece.

Porque antes nuestro sistema nervioso simpático se activaba porque aparecía un león o una persona de otra tribu, por lo que nuestro sistema se activaba para mantenernos en vida, ¡PERO ahora!, con un simple pensamiento, generamos un coctel de sustancias químicas del estrés que alteran el equilibrio del cerebro.

Nuestro cerebro deja de comunicarse, de modo organizado, las sustancias químicas del estrés inundan nuestro cuerpo, activando constantemente la respuesta de lucha o huida. Esto nos deja atrapados en un estado de hiperalerta, agotamiento y ansiedad, donde nuestra mente se fragmenta y perdemos la capacidad de tomar decisiones claras y coherentes.

El problema es que este estado ya no se desactiva cuando pasa el "peligro", porque el peligro ahora no es un león, sino un correo sin responder, una discusión, una expectativa no cumplida o un miedo proyectado hacia el futuro. Y así, nuestro cuerpo se convierte en un adicto a esas sustancias químicas del estrés, perpetuando un ciclo de caos interno.

Por eso, entrenar nuestra mente y nuestro sistema nervioso no es un lujo, es una necesidad. Es la clave para recuperar el control, reprogramar nuestra biología y entrar en un estado en el que podamos operar desde la calma, la claridad y el enfoque.

Hace más de 8 años que estoy entrenando mi mente y mi cuerpo para que actúe, sienta cómo yo deseo. Pero es desde hace 1 año que realmente encontré una fórmula que funciona para mí.

Prueba y error, prueba y error, muchas veces desesperada por estar reprogramándome pero no ver X resultado. Es por esta razón que mi trabajo lo he dedicado a crear rutinas, sistemas de desarrollo personal y profesional, procesos de cada cosa que hago, porque cuando priorizaba una actividad o un tipo de relación con algo en mi vida (relación conmigo, de pareja, con el tiempo, el dinero, el planeta, amigos, familia, etc.) me desequilibraba, y terminaba frustrada con lo que estaba postergando o abandonando. Claramente, el “abandonar” conscientemente algo por querer mejorar otro aspecto de mi vida, a corto, mediano o largo plazo, generaba consecuencias que no me agradaban del todo.

Tenía que encontrar mi propia fórmula para integrar todo lo que quería, por ejemplo, distribuir y planificar en una semana o en un mes, todos los aspectos de mi vida, de una u otra forma, para sentir y ver que estaba avanzando en todas las áreas, eso me daba una tranquilidad bastante grande. Quizás por las heridas de infancia que yo experimenté, me llevaban a estos sitios, de no querer abandonar algo, porque, si no se despertaba en mí esta tremenda herida del abandono. TEMAZO.

El Ikigai. Es un concepto japonés que significa "razón de ser" o "motivo para levantarse cada mañana". Su origen proviene de la cultura de Okinawa, una de las regiones con mayor longevidad del mundo. En esta isla, se descubrió que muchas personas vivían más de 100 años con una vida plena, activa y con sentido, lo que llevó a investigar sus hábitos y filosofía de vida.

El conectar con nuestro propósito, con lo que amamos, con lo que nos apasiona, es fundamental para tomar decisiones. Cuando somos conscientes de esta información podemos construir a diario la vida que queremos. Sí, a diario, no en meses o en años, hoy.

El Ikigai nos ayuda a alinear nuestras acciones con aquello que nos motiva genuinamente, dándonos una dirección clara y un sentido profundo a cada día. E incluso en esos días de dolor, de apego al sufrimiento o a la queja, cuando volvemos a conectar con nosotros y nos entrenamos, somos capaces de volver a esa lucidez y claridad de quiénes somos, aunque sea por lapsos pequeños. Mientras más nos entrenamos, mientras más consistentes somos, más fácil y rápido volvemos a nuestro centro. Cuando vivimos en conexión con nuestro Ikigai, nuestras decisiones dejan de estar influenciadas por el miedo, la inercia o las expectativas externas, y en su lugar, se convierten en elecciones conscientes que nos acercan a una vida más plena, satisfactoria y liviana.

Beneficios de trabajar y vivir con nuestro Ikigai

  1. Claridad y enfoque: Saber cuál es nuestra razón de ser nos permite priorizar lo que realmente importa y eliminar lo innecesario.

  2. Motivación natural: No necesitamos forzarnos a actuar, porque nuestro propósito se convierte en el motor que impulsa cada acción. ¿Cuántas veces nos han dicho que debemos trabajar duro para lograr lo que deseamos? ¿Cómo estás creencias o sentencias para mí, nos llevan a alimentar tipos de pensamientos, emociones que nos llevan a atraer más situaciones difíciles, complejas de resolver, porque vemos la realidad con LOS LENTES DE LA DIFICULTAD y EL TRABAJO DURO? ¿Realmente cómo vamos a poder vivir una vida liviana, tranquila, amorosa, si seguimos utilizando los mismos lentes? Cuando forzamos algo desde afuera, desde nuestro exterior, realmente es difícil mantener una motivación a largo plazo. Uno de los mayores dolores de mis alumnos en la Academia es que no pueden mantener sus rutinas, sus planes a largo plazo. Pueden crear un plan, pero algo sucede, se rompe la estructura, y les es muy muy difícil volver, y si vuelven, va acompañado con culpa y presión por lo que no hicieron y deberían estar haciendo. ¿Cuánta carga podemos realmente sostener en este proceso hacia nuestras metas? ¡No es necesario!

  3. Reducción del estrés y ansiedad: Al alinear nuestra vida con nuestro Ikigai, disminuye la sensación de vacío, frustración o desconexión, reduciendo la carga emocional negativa.

  4. Mayor productividad y energía: Cuando hacemos lo que amamos y sentimos que tiene sentido, nuestro rendimiento mejora y nuestra energía se multiplica.

  5. Bienestar y longevidad: Estudios han demostrado que las personas con un propósito claro tienen una mayor esperanza de vida y mejor salud mental y física. Hay un documental en Netflix que te puedo recomendar: Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules.

    Aquí Dan Buettner, nos muestra los secretos de las zonas azules, explora las regiones del mundo donde las personas viven más de 100 años con salud mental, salud física y vitalidad. Estas zonas, conocidas como "Zonas Azules", incluyen Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Icaria (Grecia), Nicoya (Costa Rica) y Loma Linda (California, EE.UU.). Este periodista analiza los hábitos y el estilo de vida de estas comunidades para descubrir los factores clave de su longevidad. Entre ellos se destacan:

El documental muestra que la longevidad no depende solo de la genética, (otra prueba más de que no somos ni víctimas de nuestras circunstancias, ni de lo que hemos vivido, ni de nuestros genes), sino de hábitos sostenibles y una mentalidad enfocada en la salud y el bienestar.


Es realmente muy inspirador ver el trabajo de otros seres humanos que nos muestran con evidencias claras de cómo podríamos vivir y cambiar nuestra manera de caminar esta experiencia humana. Las diferentes industrias pueden hablar, pagar enormes sumas de dinero para sostenerse y seguir enfermando a la humanidad, pero el trabajo de muchos, como de Dan, habla por sí solo. Ser escépticos y vivir nuestra propia experiencia es fundamental.

El Ikigai y la Organización Personal

Tener claridad sobre nuestro propósito es esencial para organizar nuestra vida de manera efectiva. Si no sabemos hacia dónde queremos ir, cualquier dirección parece válida, pero esto solo nos lleva a la dispersión y a la sensación de estar ocupados sin avanzar.

Cuando alineamos nuestra organización personal con nuestro Ikigai:

  • Dejamos de reaccionar al caos externo y empezamos a actuar con intención.

  • Diseñamos sistemas que nos ayudan a mantenernos enfocados en lo que realmente nos mueve.

  • Eliminamos distracciones y tareas que no aportan a nuestro propósito.

Esto se traduce en una vida más estructurada, con menos estrés y con la satisfacción de saber que cada acción nos acerca a lo que realmente queremos.

El Ikigai y la Reprogramación Mental

Nuestra mente está programada por creencias y patrones que hemos absorbido desde la infancia, muchos de los cuales nos limitan y nos alejan de nuestro propósito, nos alejan de nuestra verdadera esencia. Para vivir alineados con nuestro Ikigai, es fundamental reprogramar nuestra mentalidad y eliminar bloqueos internos.

Trabajar la reprogramación mental junto con el Ikigai nos permite:

  • Cambiar creencias limitantes: Desbloqueamos miedos y dudas que nos impiden avanzar.

  • Desarrollar una mentalidad de crecimiento: Vemos los desafíos como oportunidades en lugar de obstáculos.

  • Reforzar hábitos y comportamientos alineados con nuestro propósito: Creamos una identidad que nos impulsa a actuar desde nuestra mejor versión. Entiendo que cuando comenzamos a cambiar nuestros hábitos habrá resistencias, nuestro cerebro quiero ahorrar energía. Si tenemos plena consciencia de esto, podremos dejar de sucumbir a esas tentaciones y seguir. Recuerda, no importa si meditas o lees 1 minuto, con el tiempo podrás aumentarlo a 2 minutos y así sucesivamente. Pero si no te das la oportunidad de entrenarte, ¿cómo te podrás dar la oportunidad de vivir una vida completamente diferente?

  • Manifestar una realidad coherente con lo que queremos: Al programar nuestra mente para alinearse con nuestro Ikigai, nuestra energía y acciones se sincronizan con la vida que realmente deseamos.

En definitiva, conectar con nuestro Ikigai no es solo encontrar un propósito, es un proceso de transformación personal que nos permite vivir con intención, claridad y plenitud.


Proceso:

Conectar con nuestro Ikigai y mantener un plan a largo plazo requiere un proceso de autoconocimiento, claridad y organización. Aquí tienes un esquema paso a paso para lograrlo:

1. Descubrimiento: Encuentra tu Ikigai

El Ikigai se encuentra en la intersección de cuatro elementos:

  • Lo que amas (pasión).

  • En lo que eres bueno (vocación).

  • Lo que el mundo necesita (misión).

  • Por lo que te pueden pagar (profesión).

Ejercicio: Reflexiona y escribe en cada categoría, encuentra patrones y define tu propósito.

Aquí te comparto alguna de las preguntas que comparto en mi Academia Amaevolucionar, estas preguntas te ayudan a conectar con cada elemento del Ikigai y encontrar claridad en tu propósito:

1. Lo que amas (Pasión)

Estas preguntas te ayudarán a identificar aquello que realmente disfrutas hacer y que te llena de energía.

  • ¿Qué actividades disfrutas tanto que el tiempo vuela cuando las haces?

  • ¿Qué harías todos los días de tu vida, incluso si no te pagaran por ello?

  • ¿Qué te genera emoción y entusiasmo cuando piensas en ello?

  • ¿Qué temas o actividades te interesan tanto que podrías hablar de ellos durante horas?

  • ¿Qué hacías en la infancia o adolescencia que todavía disfrutas hoy?

2. En lo que eres bueno (Vocación)

Aquí identificamos tus habilidades y talentos naturales, lo que te diferencia y en lo que puedes destacar.

  • ¿Qué haces tan fácil que para ti es obvio?

  • ¿Cuáles son tus talentos o habilidades naturales?

  • ¿Qué cosas te resultan fáciles de aprender o hacer que a otros les cuesta más?

  • ¿En qué te suelen pedir ayuda las personas de tu entorno?

  • ¿Qué logros o habilidades han sido reconocidos por otros?

  • ¿En qué áreas te sientes confiado y con experiencia?

3. Lo que el mundo necesita (Misión)

Estas preguntas te ayudan a identificar cómo puedes contribuir con los demás y generar un impacto positivo.

  • ¿Qué problemas o necesidades te preocupan en el mundo o en tu comunidad?

  • ¿Qué tipo de problemas no puedes ignorar cuando los ves?

  • ¿En qué momentos te has sentido más inspirado al ayudar a alguien?

  • ¿Qué cambios te gustaría ver en la sociedad o en la vida de las personas?

  • ¿Cómo puedes usar tus talentos y pasiones para hacer una diferencia en el mundo?

4. Por lo que te pueden pagar (Profesión)

Aquí exploramos cómo puedes monetizar tu pasión y habilidades, convirtiéndolas en una fuente de ingresos sostenible.

  • ¿Por qué habilidades o conocimientos la gente ya te ha pagado antes, aunque sea de forma informal?

  • ¿Qué necesidades tienen las personas o empresas por las que estarían dispuestas a pagar?

  • ¿Qué soluciones puedes ofrecer que resuelvan un problema real en el mercado?

  • ¿Cómo podrías empaquetar lo que haces de manera atractiva y vendible?

  • ¿Qué modelos de negocio o profesiones están alineados con lo que disfrutas y sabes hacer?

Responder a estas preguntas te dará una visión clara sobre cómo alinear lo que amas, en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y lo que puede generar ingresos, acercándote a tu Ikigai.

2. Visión y Metas Claras

  • Traduce tu Ikigai en una visión clara de vida.

  • Define metas a corto, mediano y largo plazo alineadas con ese propósito.

  • Divide esas metas en objetivos más pequeños, muy pequeños y medibles. Si no sabes cómo hacerlo o te cuesta, me puedes pedir ayudar.

3. Organización Personal Basada en el Ikigai

  • Crea un sistema de planificación que conecte tu día a día con tu propósito. Crea sistemas que te permitan descansar mentalmente, ya que lo tendrás plasmado en algún sitio, como por ejemplo un Segundo Cerebro, si no has visto o leído el blog anterior, te lo comparto aquí, ya que para mí realmente el precio de no tener un Segundo Cerebro es muy alto.

  • Utiliza un Segundo Cerebro digital para estructurar ideas, tareas y proyectos sin saturar tu mente. Ayuda a tu mente, ayuda tu cuerpo a que todo esto suceda. ¡Tú eres el conductor de tu vida! No sigas siendo el copiloto o el pasajero.

  • Diseña rutinas que integren acciones pequeñas pero consistentes hacia tus metas.

4. Reprogramación Mental y Hábitos

  • Identifica creencias limitantes que te alejan de tu Ikigai y trabaja en cambiarlas. Entrénate, crea un plan de desarrollo personal, de trabajo interno, de conexión espiritual.

  • Usa técnicas como la visualización, afirmaciones, anclajes al subconsciente y escritura terapéutica para consolidar tu identidad alineada con tu propósito.

  • Diseña hábitos sostenibles que refuercen tu camino sin caer en el agotamiento. O sea, inicia con pocos minutos o segundos. ¡Pero empieza! Yo ahora estoy meditando 30, 40 o 50 minutos, pero antes solo podía 1 minuto, o menos.

5. Adaptabilidad y Evaluación Constante

  • Revisa tu progreso regularmente para ajustar estrategias sin perder el rumbo. Si no revisas qué pudiste hacer o no hacer, qué te detuvo o frenó, no podrás mejorar tus estrategias, ni ver qué es lo que realmente te está bloqueando.

  • Evalúa qué acciones están funcionando y cuáles necesitan mejorar. Aquí es bueno tener un mentor o un asesor, porque te podrá dar una perspectiva diferente.

  • Mantén flexibilidad para evolucionar sin perder conexión con tu esencia. Si sigues intentando ser rígido o confundes la rigidez con la consistencia y disciplina, podrías seguir quebrándote. La disciplina y la consistencia desde la flexibilidad es darnos cuentas que hay que ir haciendo ajustes porque ¡NO SOMOS ROBOTS! Las cosas pasan, y nuestro cuerpo está condicionado, por lo que hay que entrenarnos, por lo que hay que tener paciencia.

Conectar con el Ikigai no es un destino, sino un proceso continuo de alineación entre lo que eres, lo que haces y el impacto que generas en el mundo.

Tú puedes transformarte a día a día,

Tú puedes crear la vida que tú deseas,

Tú puedes vivir como quieres,

Tú puedes disfrutar el camino,

Tú puedes vivir en paz.

Gracias por leer,

Un abrazo.

Cuando estés listo, aquí cómo puedo ayudarte:

Fundadora de Amaevolucionar y de Inteligencia Emocional para Emprendedores

Tania